Arbusto de la familia Rosaceae.
El nombre del género es de origen griego, krataigos, que a su vez viene de kratýs, fuerza, por la robustez de estos arbolillos. Mónos, único, y gyné, hembra: por tener un sólo órgano reproductivo femenino, un pistilo, por cada flor.
Arbusto o arbolillo que puede vivir más de 150 años, con espinas, muy ramoso que, supera con facilidad los 5 m. Hojas estipuladas, alternas, simples, variables, normalmente divididas, con 1 a 3 pares de lóbulos, los inferiores más profundos, a veces algo coriáceas, glabrescentes o vilosas por el haz y por el envés. Flores hermafroditas, con numerosos estambres, pentámeras con pétalos normalmente blancos, a veces rosados; cáliz con 5 dientes. El fruto es un pomo verde al principio y rojo en la madurez.
Florece de marzo a abril y maduran los frutos de agosto a septiembre.
Especie con una gran amplitud ecológica que resiste fríos intensos, indiferente edáfica, busca suelos profundos, prefiere los calizos o dolomías, habita en los piso meso y supramediterráneo, en los ambientes más áridos se restringe a riberas y ambientes más húmedos. Aparece orlando los bosques, riberas, fondos de barrancos, claros en zarzales y espinares etc.; común en quejigares, en los encinares busca los enclaves que le son más favorables.
Común en el Sureste de Madrid y La Sagra, aparece dispersa o en pequeños grupos en los sotos y en lugares con cierta humedad.
Se reproduce por semilla. Los frutos se recogen antes de que maduren completamente, es conveniente extraer las semillas inmediatamente después de la recolección para evitar la latencia. Se pueden almacenar en un sitio fesco y seco. En el campo germinan la segunda primavera después de la dispersión. Para su germinación en vivero es conveniente un escarificado mecánico o químico, seguido de una estratificación en frío de 4 a 8 semanas. La plantación debe hacerse en otoño con plantas de 2 savias, en suelos profundos, en riberas, umbrías, fondos de barrancos y partes bajas de laderas.