Prunus era el nombre que daban los romanos a varios árboles de este género y el epíteto spinosa de este arbusto caducifolio de la familia de las Rosaceae es apropiado no ya porque tenga tantísimas espinas sino porque al ser muy intricado y ramoso y al estar casi todas las ramillas rematadas en espinas, estas protegen bien sus frutos de los depredadores.
Se cría en setos, calveros de bosque, laderas pedregosas de las montañas, preferentemente en calizas y margas, más raramente en substratos silíceos, en casi toda la península -menos abundante en su mitad sur – como en la mayor parte de Europa y el norte de África. Sube hasta los 1500 (1900) m y florece desde febrero a mayo.