Herbácea anual de la familia Caryophyllaceae.
El nombre del género lo compuso Linneo a partir del griego agrós, campo, y stémma, corona: supuso que en la antigüedad se usaría esta flor en coronas campestres. El epíteto específico lo tomó de Plinio, que llamó gith a la Nigella sativa cuyas semillas son muy similares.
Planta erecta, que puede alcanzar el metro, de tallos poco ramosos, pelosos, de pelos aplicados cenicientos; hojas connadas, linear-lanceoladas agudas, las inferiores subobtusas, igualmente pelosas. Flores hermafroditas solitarias sobre pedúnculos muy largos vilosos, en la terminación de tallos y ramas. Cáliz formado por 5 sépalos soldados en tubo, coronado por 5 lacinias más largas que el mismo cáliz y que la corola; ésta formada por cinco pétalos purpúreos, rara vez blancos.
Posiblemente nativa de Oriente medio, se debió de naturalizar en toda Europa con la introducción de los cultivos cerealícolas, hace 10-7000 años. Sus semillas se confundían con los cereales, lo que le aseguraba la dispersión con la siembra pero se hacían odiar por los agricultores por su contenido en saponinas, que daban sabor desagradable a la harina y en exceso podían causar una intoxicación conocida como gitagismo. La única solución era el escardado, hasta que en los años 60 aparecieron los herbicidas químicos selectivos. Desde entonces está en franca regresión cuando no desaparecida. Como es planta de terrenos muy enriquecidos (otros dirían muy envenenados) con fertilizantes nitrogenados, sobrevive en campos de labor abandonados o como espontánea en jardines descuidados próximos a cultivos.
Imágenes de A. githago