Terófito de la familia Cruciferae, o Asteraceae.
El nombre del género se formó a partir de bis, dos, y scutellum, pequeño escudo redondo, por la forma de sus frutos, como dos escudetes. Auriculata, con pequeñas orejitas o aurículas, por los sépalos laterales, con una giba rechoncha en su base.
El nombre del género se formó a partir de bis, dos, y scutellum, pequeño escudo redondo, por la forma de sus frutos, como dos escudetes. Auriculata, con pequeñas orejitas o aurículas, por los sépalos laterales, con una giba rechoncha en su base.
Puede alcanzar 60 cm. Tallos ramificados, hirsutos en la base y glabescentes hacia arriba. Hojas basales de hasta
12 cm. en roseta, de borde entero a pinnatífido; hirtas, pecioladas, haciéndose más pequeñas hacia la parte superior.
La inflorescencia es un racimo denso. Pedicelos pelosos, patentes o erectos.
Pétalos patentes, bien diferenciados de la uña, de color amarillento.
Muy común en el Sureste de Madrid y La Sagra. Se cría en pastos, bordes de caminos, matorrales; sobre suelos yesosos, arcillosos, calizos y arenosos hasta 1700m.
Presente en la Península, excepto en el N y NW, común en el territorio del herbario, su distribución alcanza el
Magreb: Marruecos y Argelia. Florece de febrero a septiembre.
Género difícil, del que hasta hace poco no se ha intentado hacer estudio serio alguno. Baste el ejemplo de Flora Ibérica; según la citada obra, en la Península hay dos especies con sépalos gibosos, la auriculata y la cichoriifolia, en clave la auriculata tiene el margen del fruto no decurrente por el estilo y el de la cichoriifolia lo es «algo». Luego en las descripciones dice lo contrario de cada una de las especies; en el territorio del herbario hemos tomado fotos de B. auriculata con margen de fruto decurrete y no decurrente, como puede apreciarse en la carpeta de imágenes. Si tomamos la B. valentina y B sempervirens, la única diferencia en clave es que la sempervirens tiene la hoja «aterciopelada» la valentina puede tenerla de glabra a hirta, con pelos de longitud homogenea o no, luego las descripciones de ambas especies son casi idénticas, las medidas de los distintos órganos, en su mayor parte, son compatibles con la dos especies, siendo en la práctica imposible la determinación de las especies del género.
Género difícil, del que hasta hace poco no se ha intentado hacer estudio serio alguno. Baste el ejemplo de Flora Ibérica; según la citada obra, en la Península hay dos especies con sépalos gibosos, la auriculata y la cichoriifolia, en clave la auriculata tiene el margen del fruto no decurrente por el estilo y el de la cichoriifolia lo es «algo». Luego en las descripciones dice lo contrario de cada una de las especies; en el territorio del herbario hemos tomado fotos de B. auriculata con margen de fruto decurrete y no decurrente, como puede apreciarse en la carpeta de imágenes. Si tomamos la B. valentina y B sempervirens, la única diferencia en clave es que la sempervirens tiene la hoja «aterciopelada» la valentina puede tenerla de glabra a hirta, con pelos de longitud homogenea o no, luego las descripciones de ambas especies son casi idénticas, las medidas de los distintos órganos, en su mayor parte, son compatibles con la dos especies, siendo en la práctica imposible la determinación de las especies del género.