Hierba anual de la familia Urticaceae.
El nombre del género ya lo usaban los romanos y viene del verbo latino urere (pron. úrere), escocer: por el efecto urticante – palabra que viene precisamente de este verbo – que provocan sus numerosos pelos al inyectar acetilcolina, histamina y serotonina en la piel humana al mínimo roce. Por lo mismo, Linneo no se esforzó mucho para buscarle un epíteto: urens es urticante en latín.
Guarda un cierto parecido con su congénere pero se reconoce fácilmente por su talla menor – hasta 80cm contra metro y medio – y sus hojas ovadas o ovado-elípticas de 5,5, máx. 6cm de largo, siempre un poco menos de ancho. Las de la U. dioica varían entre oblongo-lanceoladas y ovado-triangulares y típicamente miden 12cm de largo. Mirandola con un poco más de detenimiento se puede intuir que es anual y no perenne y con más todavía que es monoica, con los racimos, geminados axilares y espiciformes, que portan tanto flores femeninas, las más, como masculinas, las menos.
Conocida desde la antigüedad, cocida es excelente en sopas y muy buena como forraje. Si se deja macerar toda la planta en agua por 12 horas se obtiene un líquido no tóxico (aunque el olor en la preparación no es precisamente agradable ) con propiedades contrastadas como insecticida; es eficaz contra áfidos, o pulgones, y se rocía tanto en cultivos ecológicos de huerta como en jardinería tradicional.
Más arvense que su congénere mayor (Linneo dejó escrito «habitat in Europae cultis», habita en cultivos de toda Europa) se encuentra en espacios nitrificados y antrópicos hasta cotas más bajas, hasta 1500m.
Imágenes de U. urens