Matilla leñosa en la base, endémica del centro y este peninsular, de hasta 50 cm, de la familia Cruciferae, nombre a conservar que hoy se prefiere llamar Brassicaceae.
El nombre del género lo tomó Linneo de los clásicos; Plinio decía que había una planta a la que dieron este nombre por habérsele encontrado uso medicinal en Iberia. El epíteto deriva de saxum, en latín piedra, por su hábitat, y el subespecífico de cinis, cineris, la ceniza, por el tomento de sus hojas que le da un tono ceniciento.
Tallos postrados, pubescentes, provistos de vástagos; los estériles rematados en rosetas foliosas son mucho más cortos que los floríferos. Hojas de hasta 8 x 2 mm, de margen entero, densamente pubescentes, las de los tallos estériles con sección en V, las de los floríferos planas. Inflorescencia en corimbo que se alarga en la fructificación a modo de racimo. Flores zigomorfas en corimbo terminal ebracteado. Sépalos laterales ligeramente gibosos en la base y con un borde membranáceo blanco. Pétalos difmorfos, los 2 externos sensiblemente mayores, blancos o purpúreos cuando jóvenes, generalmente rectangulares. Ovario bilocular. Estigma capitado. Fruto de hasta 8 x 6 mm, oval-rectangular, alado desde la base, papiloso o pubescente, con el borde interno de los lóbulos generalmente ± recto.
Común en ciertos enclaves del Sureste de Madrid y La Sagra, generalmente en pequeños grupos o pies aislados. Se cría sobre suelos básicos, yesos y calizas.
Imágenes de I. saxátilis cinerea