Planta perenne, cespitosa, de la familia Caryophyllaceae.
Es fácil adivinar por qué se eligió ese nombre para el género, planta de suelos arenosos, y el epíteto, de cerros o montañas.
Pequeña mata de hasta 30 (35) cm, de muchos tallos intricados, ramas principales prostradas, recubierta de pelos retrorsos sin glándulas en ramas y hojas. Éstas son sésiles, planas  con nervio principal poco marcado, ovado- obovado- o linear-lanceoladas. Flores en cimas paucifloras, 6 como máximo, con pedicelos en fruto reflejos (de hasta 35mm) y cáliz con pelos eglandulosos, rara vez con glándulas.
Habita en melojares, robledares, pinares, alcornocales no muy cerrados y en roquedos, pedregales y arenales, preferentemente sobre suelo ácido, por lo que abunda en la mitad ácida  de la Península y falta en el E y SE; Endémica de nuestro país y Portugal, del S de Francia y N de África. De los (30) 400m sube hasta los 1850 y florece de marzo a agosto.
Se reconoce una subespecie, intricata, de hojas mucho más estrechas, alrededor de 2mm contra 5mm y más, linear-lanceoladas o lineares, con frecuencia revolutas y con glándulas en los pelos del tomento que cubre el cáliz y el pedicelo. Tiene distribución separada y hábitat diferente, roquedos rocas volcánicas y suelos calizos de las montañas a lo largo de la costa entre Málaga y Castellón.
Imágenes de A. montana

La Pedriza (M) Darío Meliá

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