Arbusto caducifolio de gran porte de la familia Betulaceae.
Tiene dos nombres clásicos: corylus era palabra latina tomada del griego, deriva de kórys (por eso los romanos segúían diciendo kórilus) yelmo: por la forma del fruto, parecida a un casco de guerrero, y el epíteto era el nombre que daban a los frutos que más se vendían: la nux abellana, la que venía de la campiña de Avellino cerca de Nápoles.
De altura elevada, entre 3-8 metros, en ocasiones alcalza hasta los 15 metros. Si se considera arbusto y no árbol es porque se ramifica desde la misma base, emitiendo numerosos pies de tamaño similar, relativamente delgados. Su copa es muy amplia e irregular. Las hojas son redondeadas, de margen doblemente aserrado y cubiertas por haz y envés con una pubescencia laxa. Las flores se agrupan en amentos diferenciados en amentos masculinos y femeninos. La planta es monoica, es decir, flores de ambos sexos aparecen en cada ejemplar. La polinización es anemócora (por el viento) y los amentos surgen antes que las hojas, en primavera. Los amentos masculinos son amarillos y de 5-12 cm de longitud, pendulos. Los femeninos son muy discretos, quedando ocultos en las yemas mostrando apenas los estilos de color rojo sobresaliendo. El fruto, la conocida avellana es tipo nuez, encerrando una sabrosa semilla por la cual esta especie se ha visto favorecida por el cultivo.
Su hábitat son los bosques atlánticos, caducifolios, apareciendo también en la iberia submediterranea en el dominio de los bosques marcescentes y también en puntos muy localizados de la mediterránea, en valles y desfiladeros donde haya abundante humedad ambiental, que necesita, razón por la cual se hace muy raro en la mitad meridional de la península ibérica, donde está mas ligado a bosques de ribera como alisedas. Los suelos que necesita deben ser frescos, húmedos, permeables, profundos y ricos en nutrientes, pudiendo ser ácidos o básicos, con calcio. Resiste muy bien el frio y también tolera la sequía.
En el sureste Madrileño aparece en el Valle del Tajuña y en vallejos de arroyos tributarios, aguas arriba del pueblo de Tielmes, sector con veranos más frescos que aguas abajo, cuando cambia la dirección del valle del río y se hace más calido el clima, especialmente en el estío. Nosotros hemos encontrado ejemplares de tamaño muy grande, añosos cerca del despoblado de Valmores, en una zona con abundantes fuentes y en la que se refugia una interesante flora formada por nogales, alisos también de gran tamaño y un hermoso rodal de avellanos.
Cultivo:
Se recogen los frutos en otoño y se procede a un secado ligero al sol. Se pueden almacenar a 4ºC, en bolsa porosa. Para facilitar su germinación se estratifica en frío durante 4 meses, hasta finales del invierno, para sembrar en contenedor individual; germina a los 20 días. En verano hay que tener las plantas a la sombra.
Imágenes de C. avellana