Planta herbácea anual. Terófito de la familia de las Compuestas.
Ya Teofrasto citaba una planta, no identificada, con este nombre,κρηπίς crepís : según Sebastien Vaillant, que recuperó el nombre para otra compuesta, habría que interpretarlo en referencia a su raíz potente y profunda. Linneo le puso a la especie el epíteto alpina sin ningún fundamento, porque en los Alpes no está.
De 20-35 (50) cm, caulesceste y tomentosa, con pelos glandulíferos o eglandulares, verdosa y sin olor; de raíz axonomorfa, subcilíndrica o algo napiforme. Tallos foliosos, erectos, robustos y estriados, pubescentes, simples o ramificados desde el tercio o mitad inferior. Hojas de 3-4 cm x 0,7-2, ovobado-oblongas, ovadas o lanceoladas, denticuladas o bien enteras, puberulentas, con pelos unicelulares blancos y adpresos; las basales atenuadas en pecíolo corto y ancho; las caulinares medias sésiles, auriculadas, amplexicaules, con aurículas obtusas y frecuentemente dentadas; las superiores bracteiformes. Capítulos multifloros, pedunculados y erectos antes de la antesis, solitarios o en inflorescencia cimosa, de pocas flores; pedúnculos de 15-24 cm, cilíndricos. Involucro de 15-22 mm x 7-15 mm; brácteas dispuestas en dos series, obtusas, las externas desiguales y libres entre sí, ovadas, mucronadas, enteramente escariosas, glabras, recurvadas en la fructificación. Las internas, iguales entre sí, lanceoladas, de margen escarioso, con pelos blancos y adpresos y pelos patentes glandulíferos cortos y con setas blancas y arqueadas de hasta 2,5 mm, aquilladas en la fructificación, que encierra cada una un aquenio externo, ventralmente seríceas. Corola amarillo pálido. Las flores externas del capítulo con banda purpúrea en el dorso del limbo. Anteras amarillas, ramas estilares verdosas o parduscas; Aquenios dimorfos, con pico de 8-15 mm, pardos, brillantes y con vilano. Los externos subcónicos, comprimidos ventralmente, con una costilla ventral, 2 laterales muy gruesas y 10 dorsales lisas, densamente papilosos en su vientre y glabros en el dorso, adnatos lateralmente a las brácteas internas del involucro, persistentes. Mientras, los aquenios internos son fusiformes, con 20-21 costillas cubiertas de espículos, glabros y caedizos. Vilano bi o triseriado, escabriúsculo, blanco y persistente, el de los aquenios externos acompañado de una corona externa de pelos muy finos, el de los internos, sin corona.
La distribución conocida de la especie en el territorio de Flora Ibérica se basa en escasos testimonios y citas, básicamente del territorio montibérico. Se conoce de la provincia de Soria (Cihuela; MA 352511), donde fue recolectada por Segura Zubizarreta en 1964; de la provincia de Madrid, recolectada por Jesús Izco en 1967 en Perales de Tajuña (MA 478034, VAL 16719), y en Ambite (MA 233296, SANT 14594) y en El Paular (MA 140751); de la provincia de Guadalajara, en Villar del Olmo (JACA 183168) y en varias localidades de la Alcarria (Ron 1971: 34), y de la provincia de Valencia., donde fue recolectada por Mateo Sanz y colaboradores (Andilla, Serrans; VAL 214034). Y de cuenca, en donde hay citas de dos poblaciones de esta especie en las estribaciones de la Serranía de Cuenca (Villamayor de Santiago y Saelices). Se ha considerado siempre una especie alóctona, siendo solo natural de la Península Anatólica y puntos de los Balcanes, aunque ese criterio no aclara cómo ha llegado a encontrarse plenamente naturalizada y establecida en nuestro territorio. Pero existe otra teoría, la de una antigua disyunción este-oeste del Mediterráneo que habría separado poblaciones antes unidas, como ocurre con muchas otras especies de ambiente estepario.
Nuestra opinión es que se trata de una especie autóctona y con gran vinculación a las arcillas esmectíticas, ricas en magnesio, aunque también podría vivir en otras zonas de clima continental de suelos básicos. En la banda ocupada por las arcillas magnésicas y que recorre desde Numancia de la Sagra-Illescas siguiendo la cuenca del Arroyo Guatén pasando por Torrejón de Velasco, Getafe, Leganés, Vallecas, Villaverde, Vicálvaro y norte de Rivas hasta Paracuellos, Coslada, San Fernando de Henares, Torrejón de Ardoz y ya zonas discontinuas de Loeches, Torres de la Alameda y más allá en la Alcarria de Guadalajara, es una especie corriente y siempre presente, tanto en cultivos, lo más frecuente en este tipo de suelos, como en barbechos, solares, pero también en parches de vegetación natural como pastizales, tomillares, salviares, matorral de aulaga e incluso quejigares, siempre con una constante: arcillas esmectiticas, ricas en magnesio, ya sean verdes, grises con más yeso, arenosas, negruzcas y con mucha materia orgánica, como en el antiguo cerro negro de Madrid. Su presencia en formaciones naturales boscosas y matorrales apoyaría la teoría de su autoctoneidad. Que la Península Anatólica sea otra de las escasas zonas del ámbito europeo donde aparecen las arcillas con magnesio (es una gran productora de sepiolitas) podría avalar (a la espera de saber si allí se ubica sobre estos terrenos) la de su vinculación a estos minerales y su cierta especialización, que ya hemos observado en otros taxones abundantes en estos medios.
Imágenes de C. alpina