Hierba generalmente anual, holoparásita, de la familia de las Convolvulaceae.
El nombre del género, cuscuta o cúscuta, ha ido pasando de antiguos idiomas del próximo Oriente al griego, al árabe y a los idiomas romances modernos, perdiéndose la huella de su significado original y perdurando la duda de si ha de pronunciarse llana o esdrújula; el epíteto alude al color de las flores. Las cúscutas son generalmente difíciles de diferenciar a nivel de especie y lo más seguro es tomar en cuenta un conjunto de características. Esta, aunque es difícil de localizar en campo, se diferencia de sus congéneres por sus tallos muy delgados (máximo 0,4mm) poco ramificados, glabros excepto en la zona cercana a las inflorescencias donde puede tener papilas, amarillos (a veces rojizos o blanquecinos); por sus inflorescencias en glomérulos densos paucifloros, flores generalmente tetrámeras, muy papilosas en cáliz y corola, blancas, cáliz generalmente con lóbulos más anchos que largos.
Basófila, busca parasitar pequeñas labiadas y cistáceas. Se distribuye por el Magreb y por el Cy E de la Península desde altitudes medias (550m) hasta más de 2.000m.
Florece entre junio y septiembre.
Propiamente, son temporalmente hemiparásitas, porque son capaces de germinar y sobrevivir solas, realizando la función clorofílica, pero sólo por unos días: el tallo de la plántula, de hasta 7 cm, se pone a rotar en sentido antihorario a la búsqueda de una planta hospedante hasta dar con ella (hay estudios que apuntan que el ápice es capaz de detectar moléculas que emanan otras plantas en su entorno), desarrollar haustorios que penetran en su sistema vascular y a partir de ese momento se convierten en parásitas puras, secando su conexíón con la semilla y desarrollándose a través de nuevas raíces aéreas que continúan la búsqueda de tallos que parasitar, con longitudes que alcanzan fácilmente los 3m en un año.
Imágenes de C. nivea