Planta perenne, hemicriptófito de la familia de las compuestas.
Hierba perenne muy robusta, acaule, a diferencia de las restantes especies del género Cynara, lo que permite una inmediata identificación.
El nombre del género ya se usaba en Grecia, en Teofrasto aplicado a esta especie; se lo ha asociado con kynós, perra, porque sus pinchazos recordarían el mordisco de un can pero, a falta de textos antiguos que lo confirmen hay que dar su origen por desconocido. El epíteto es en honor del botánico francés Joseph Pitton de Tournefort. Describió con gran exactitud unas 7.000 plantas, pero desarrolló una clasificación muy artificial y denominaba las especies con nombres demasiado largos y descriptivos por lo que fue rápidamente eclipsado por el sistema binomial de Linneo.
La morra cuenta con una gran roseta basal de hojas muy divididas, pinnatipartidas, de lóbulos culminados en puntas espinosillas. Capítulos grandes, globosos, solitarios y sentados. Brácteas involucrales en varias hileras, imbricadas, coriáceas, linear-lanceolares, enteras y estrechadas gradualmente en punta espinosa. Las flores son tubulares, actinomorfas y de color purpura o violeta. El cáliz está modificado en vilano. Tiene grandes semillas obovoides de color violáceo.
Vive en eriales y pastizales sobre arcillas grises y verdes, con elevado contenido en magnesio, que se distribuyen formando una banda desde el sur de la capital (barrios de delicias, Orcasitas) hacia el sur, por debajo de las arcosas y por encima de dolomías (con las que alternan en algunos puntos) y yesos, que señalan su límite inferior estratigráficamente, banda que va hasta el cerro de los ángeles y por Vallecas llega hacia el cerro Almodóvar hasta Coslada y San Fernando de Henares-Paracuellos del Jarama. En otros puntos aparecen estas arcillas grises, siempre en el sureste madrileño, en zonas de menor tamaño.
Esta hermosa alcachofa está amenazada a nivel mundial. Sus poblaciones conocidas, pequeñas y dispersas, se ven amenazadas por el empleo de herbicidas en los cultivos y por lo limitado de su hábitat, que en Madrid coincide con el área de expansión Metropolitana. Su mayor zona de distribución es en torno a la tierra de Barros, en Badajoz y puntos de Córdoba, Granada, Cádiz, Jaén y Sevilla, en algunos de los cuales está a punto de desaparecer o ya lo hizo.
En Madrid fue citada en Cerro Negro (enclave de Madrid ya urbanizado, zona de la estación de Delicias, hasta Mercamadrid), Soto Luzón, cerro de los Ángeles. Hay gente que nos ha proporcionado testimonios de su presencia pretérita en Orcasitas y en Vicálvaro. Recientemente fue redescubierta por Juan Manuel Martínez Labarga en Coslada, en una finca ubicada entre el CTC de Coslada (un polígono de logística del transporte) y la vía férrea Madrid-Barcelona, y de nada han servido las reiteradas denuncias y manifestaciones para evitar la ampliación del CTC para ubicar las naves de la distribuidora farmacéutica COFARES. Con la aquiescencia de la administración se ha destruido a conciencia todo el solar. Parte de los ejemplares fueron transplantados al Parque del Humedal de Coslada, donde aún perviven. Otra parte a los Altos del Campillo, cerca del Cerro de la Luna, en Rivas-Vaciamadrid, donde han logrado prosperar, a pesar de no ser un hábitat óptimo, por ser la parte alta de un cerro y no una vaguada y florecen solo los años lluviosos. Otro pequeño grupo está en el Centro Ambiental del Campillo, donde han constatado la dificultad de generar semilla viable, parasitadas por multitud de larvas de dípteros y coleópteros que las devoran antes de llegar a fin.
Posteriormente se han descubierto dos poblaciones mas. Una en San Fernando de Henares-Paracuellos y otra en Parque Sur, Leganés. La primera corre riesgo de desaparecer, al haber sido recalificado el terreno y pasar a ser urbanizable, en su sector de Paracuellos los terrenos donde vive acaban de ser repoblados sin estudio de impacto ambiental en una operación de «responsabilidad social corporativa» o lavado de cara empresarial, mas bien. La de Parque Sur suelen ser desbrozadas por los jardineros, que no son conscientes de que valen mucho mas que el propio parque.
Hemos podido descubrir una nueva población en Illescas, Toledo, al sur del Polígono Industrial, donde el profesor Santiago Sardinero está sembrando ejemplares en un proyecto de restauración de la flora de las arcillas dentro de terrenos del propio polígono industrial, en zonas preservadas como jardines de flora autóctona.
Para saber más del atropello perpetrado con esta especie: La Comunidad de Madrid arrasa una población de una especie en peligro de extinción
Imágenes de C. tournefortii