Mata leñosa, caméfito de la familia de las cistáceas.
El nombre del género (que se debería pronunciar heliánthemum) apareció por primera vez en una obra de Valerius Cordus, físico médico y botánico alemán del S. XVI, uno de los primeros en reinterpretar los viejos textos de Dioscórides describiendo las mismas plantas sobre la base de sus propias observaciones de campo al natural. Del griego heliós, sol y anthos, flor: bien porque algunas flores del género son del color del sol, bien porque sólo se abren con sol, bien porque duran un solo día.
Endemismo de las provincias de Cuenca y Guadalajara y con una localidad en el extremo este de Madrid, colindando con Guadalajara. Asociado a los suelos con yeso y/o con magnesio. Se encuentra a altitudes de entre 700-1100 metros. Lo más frecuente es encontrarlo a unos 800 metros, cota en que aparecen abundantemente los sustratos yesíferos. Desaparece en cuanto se incrementa la aridez, que es lo que sucede al bajar en altitud, como consecuencia de la disminución de precipitaciones y el incremento de temperaturas. Gusta de umbrías en sus emplazamientos extremos. Aparece en tomillares sobre costras de yeso o suelos arcillosos con dolomías, en suelos descarnados o con poca cobertura (por ejemplo en cuestas de elevada pendiente) aunque también en el seno de encinares y quejigares (o pinares de pino laricio y carrasco en Cuenca y Guadalajara).
Sus flores son amarillas, sin manchas anaranjadas (a diferencia de Helianthemum hirtum), hojas verde oscuras, carnosas, gruesas, glabras en haz y envés (a diferencia de otras subespecies de Helianthemun marifolium que si tienen pelos o de Helianthemum cinereum) cuneadas en la base y, rasgo muy importante, con cilios en su margen aunque también puede tener alguno en el nervio medio; las hojas superiores no tienen estípulas.
Castilla La Mancha: Taxon de interés especial (IE)
Imágenes de H. marifolium conquense