Hemicriptófito bianual o anual perteneciente a la familia Solanaceae.
El nombre se tomó del griego hys, cerdo, y kýamos, haba, porque según la tradición los cerdos podían alimentarse de este género sin problemas, pero es altamente tóxica en todas sus partes, incluso mortal. Sus aplicaciones como calmante o como veneno se conocen desde los tiempos babilónicos. El epíteto específico albus, blanco en latín, es en contraposición a Hyoscyamus niger que, efectivamente tiene flores más oscuras. Se distingue de éste, además, por tener todas sus hojas con pecíolo y la ausencia de «venas» violeta en el interior de la corola.
Herbácea de 30 a 70cm, densamente recubierta de pelos blancos desiguales, tallo erguido cilíndrico, a veces algo lignificado en su base, ramificada. Hojas sin estípulas pecioladas verde oscuro por el haz y glauco por el envés, algo carnosas, patentes, alternas, margan sinuoso de dientes obtusos. Flores solitarias axilares en las hojas medianas, las superiores en espiga más o menos unilateral. Cáliz gamosépalo campanulado, verde, peludo por fuera y glabro en el interior, con cinco dientes anchos, triangulares, agudos; corola zigomorfa amarillo pálido, parcialmente verdosa con interior de verde oscuro a purpurino, casi dos veces más larga que el cáliz. Ovario súpero que genera una cápsula, dehiscente por una tapa superior (una píxide, como la caja que se usa para transportar las hostias consagradas) con muchas semillas en su interior.
Especie ruderal, entre muros y ruinas desde el nivel del mar hasta los 800m. Florece entre mayo y agosto y se encuentra dispersa por casi toda la Península, con más citas en el Levante. Su distribución cubre todo el Mediterráneo.
Imágenes de H. albus