Hierba anual o bienal. Terófito o hemicriptófito de la familia de las Compuestas.
Planta con latex blanquecino, de tallo erecto, blanco marfil, a veces rojizo, escasamente ramificado, de ramas erectas, de entre 50-200 cm, cubierto de espinas finas, sobre todo en la base. Hojas no decurrentes, auriculadas, rígidas, sentadas, con un marcado nervio central cubierto de espinitas; limbo retorcido en la base quedando el plano vertical, orientado norte-sur; de forma ovado-oblongas muy lobuladas a enteras, con el margen aserrado, las hojas superiores suelen ser menos lobuladas. Con capítulos amarillo pálido 1-1,5 de diámetro, formando una inflorescencia en panícula corimbimiforme o piramidal larga y ramosa. Involucro estrechamente cilíndrico, con brácteas glabras lanceoladas. Frutos con costillas de ápice hirsuto y un largo pico culminado en un vilano para su dispersión anemócora. Es una planta de una gran eficacia en la producción de semillas, pudiendo generar cada ejemplar hasta más de 20.000. Florece en verano, de Junio a Octubre.
Tiene varias adaptaciones apropiadas para resistir el verano, época coincidente con el menor aporte de humedad, con lo que en teoría es la más inapropiada para desarrollar su ciclo reproductivo. Sin embargo, sus competidores están en esta época ya secas (la mayor parte de los terófitos habrán completado su ciclo vital) o bien han reducido su metabolismo y su desarrollo al mínimo, con lo que la competencia interespecífica se reduce al mínimo. Para soportar la intensa insolación la lechuga silvestre tiene, como comentamos, las hojas dispuestas en planos verticales y lo que es más interesante dispuestas en un plano norte-sur (lo que la convierte en una curiosa brújula vegetal), evitando la insolación en las horas centrales del día, en las que la reciben de perfil, realizando la fotosíntesis con la luz del amanecer y del atardecer. Además las hojas tienen una cubierta cérea con tinte glauco que contribuye a reflejar la luz. Para evitar los efectos de la predación, añade a un olor desagradable un látex tóxico de efectos psicotrópicos que se puede obtener y utilizar a la manera del ópio, de gran uso antaño tanto en la farmacopea como en brebajes en el mundo antiguo y medieval. De la posesión de dicho látex deriva el nombre de las plantas de género Lactuca, y el significado del epíteto es evidente: del latín serrula, serrucho.
Especie viaria, arvense y ruderal que prefiere suelos profundos, rehuyendo de los de tendencia más árida. Crece en cunetas, baldíos, descampados y toda clase de ambientes alterados por la actividad humana, lo que hace que sea frecuente y se distribuya por todo el territorio de la comunidad de Madrid. Su extensión por el hombre la ha convertido en una especie subcosmopolita.
Imágenes de L. serriola