Arbusto, arbolillo o más raramente árbol plenamente desarrollado de hasta 6 o más metros (puede llegar a los 12) de la familia Rosaceae.

Descripción: Con copa muy ramificada, tupida, de hasta 5,6 metros de diámetro. Debido al hábitat marginal que, a causa de la acción antrópica y por propias preferencias ecológicas ocupa tiene tendencia a un desarrollo de arbustivo a subarbóreo entre los 2 y 4 m tanto de altura como de diámetro de copa. Su tronco, cuya corteza es agrietada y de color pardo–grisáceo, puede alcanzar al menos hasta 70 cm de diámetro normal. Con ramillas muy abundantes y divaricadas, lo que le distingue del almendro alóctono cultivado y naturalizado, con el que además hibrida, dando lugar a multitud de ejemplares de características intermedias. La rimificación divaricada se puede observar cuando las ramas se disponen, con respecto a aquella de la que nacen, formado un ángulo cercano a 90º. Además de esta característica, acaban en punta, de modo que al lignificarse y erosionarse son espinosas; su corteza es lisa y delgada, de color marrón grisáceo en las ramillas viejas a marrón castaño en las nuevas. Las ramillas se disponen muy próximas entre sí, son delgadas y rígidas, con la corteza verde en las ramillas del año, estípulas lineales, 5–6 mm de largo, márgenes dentales–glandulares, glabras, a menudo caducas.

Las hojas son oblongas a oblanceoladas de 20–35 x 6–9 mm, de base cuneada y ápice agudo, con el borde crenulado de subimbricado a serrulado, de obtusas a acuminadas, cortamente pecioladas con pecíolos de 3–12 mm, glabras conduplicadas, fasciculadas en brotes cortos y alternas en ramitas anuales, de color verde oscuro en el haz y verde claro en el envés. Las estípulas son pequeñas, subuladas y fimbriadas, con el pecíolo más corto.

Flores, solitarias, de (22) 26 – 35 (37) mm de diámetro, brevemente pediceladas con pedicelos de 1–2 mm, verdes y glabros, con hipantio campanulado de 3–7 x 3–6 mm, exteriormente glabro, con cáliz rojizo y sépalos glabros excepto en el margen, ovados a ovado–elípticos, muy obtusos, trinervados, venulosos, con margen entero y pubescente, y ápice agudo a redondeado. Pétalos obovados a orbicular–obovados, 10–16 mm
de largo, base afilada y ápice redondeado y claramente escotado, y de color blanco a rosado. Estambres numerosos, de 20 a 30, y más largos que el estilo. Estilo al centro e hirsuto.

Fruto en drupa de mucho menor tamaño que en el almendro cultivado, de color verde, ovoide a elipsoidal, ligeramente asimétrico, comprimido, de 16–29 x 11–17 mm y 7–12 mm de grosor, de base redondeada a veces asimétrica, ápice agudo a redondeado, a veces asimétrico, exocarpo aterciopelado con una corta pubescencia blanquecina, pedicelo de 1–4 mm de largo. El endocarpo, es decir, la almendra es de color pardo claro, ovado a elipsoidal, comprimido, de 14–18 x 10–16 mm y 6–11 mm de grosor, base redondeada, asimétrica, ápice agudo a redondeado, sutura ventral con quilla delgada y picaduras superficiales presentes, duro. Endosperma (pepita) con tegumento de color marrón. La pepita es de sabor amargo, pero hay ejemplares de semilla algo mayor con pepita dulce. Son relativamente frecuentes las pepitas dobles, en torno a un 7% en poblaciones estudiadas peninsulares.

Hábitat y distribución. Norte de África (Marruecos, Argelia y puntualmente en Túnez), Sicilia, mitad sur de Italia (muy localizado), Bosnia, Albania, Grecia, sur de Bulgaria y península anatólica. En España, esta especie ha estado mucho mas extendida en el pasado, debido a que tiene una alta valencia ecológica y capacidad de colonizar todo tipo de sustratos secos, tanto de suelos ácidos y ultrabásicos del centro–sur peninsular, como suelos alcalinos del sur, sureste y este peninsular. Según nuestras propias observaciones, que vienen a añadir localidades al área de distribución conocida en Toledo y señalan su presencia también en Madrid, en las nuevas localidades que hemos detectado del valle del Tajo, en el entorno de Talavera hasta los límites con Cáceres, ocupa las vertientes y barrancos arenosos silíceos, en ocasiones ricos en bases, que miran hacia el río Tajo y el embalse de Azután, donde forma auténticos bosques, en especial en laderas de umbría, monoespecíficos y también mixtos, con encina, enebro de la miera y majuelos. En Madrid, por otro lado, hemos localizado unas poblaciones relícticas en el Piul de Rivas, en los cantiles yesíferos, en la cornisa con arcillas verdes y margas dolomíticas en mezcla con estratos duros de sílex y dolomía y en Mejorada del Campo, en las vertientes de umbría al río Henares, sobre cerros yesíferos, formando un auténtico y extenso almendral.

En las localidades previamente conocidas, se localizó por primera vez en 1977, en la cuenca del río Algodor, Toledo. A partir de ahí, se pudo comprobar que muchos de los montes con arzollos (almendros silvestres) de los batolitos graníticos de Toledo y los volcanes de Ciudad Real eran Prunus webbii, una especie que se creía propia exclusivamente del Mediterraneo oriental, de donde fue descrita. Su hábitat en estas provincias son suelos ácidos sobre granitos, granodioritas y migmatitas en Toledo, y de tipo cuarcítico y volcánico ultrabásico en Ciudad Real, en altitudes comprendidas entre los 600 y 750 metros. En ambas localizaciones mencionadas se encuentran masas y rodales puros de arzollos pero se extienden de forma puntual hasta la misma ciudad de Toledo o las barrancas de burujón. En el sur, aparecen también en Jaén y Granada, en las montañas cuarcíticas de sierra morena oriental, en torno a despeñaperros y en sierras calizo-dolomíticas, Sierras de Mágina e Iznalloz y aledañas, en zonas altas aisladas lejos de los campos cultivados, en suelos muy rocosos, superficiales e inclinados, en canchales, repisa rocosas y paredes vertivales, alcanzando en la Loma del Rayal y Puerto de Tíscar algunos pies aislados los 1.551 m de altitud.

Poblemática, amenazas. Existen numerosos topónimos de origen árabe, y localidades en las que han aparecido restos arqueológicos de almendras previos a la llegada del almendro cultivado a la península, no solo en las zonas antes indicadas, sino en todo el arco levantino, de Almeria, pasando por Murcia, Alicante y Valencia, hasta Cuenca, Teruel y Castellón, que nos indican una pretérita (y quizás aún actual y por investigar) abundancia o presencia de Prunus webbii: La arzollosa, arzollar, iznalloz, ayozar, allozar, los allozos. Sin embargo, en todo el arco que va de Almería a Castellón no se conocen actualmente poblaciones de Prunus webbii. La extinción o extrema rarefacción se debe a la extensión, en estas provincias, del cultivo del almendro. Dos factores han tenido que incidir en el proceso de extinción. Por un lado un proceso de sustitución directa por varias vías, mediante la tala para leña y el descuaje de los ejemplares silvestres, en un área con procesos de deforestación secular muy severos. Ante la existencia de una especie cultivada similar la presión para eliminar unos ejemplares que se cruzan con el cultivado e inducen la formación de híbridos de almendra amarga tiene que haber sido muy fuerte. Por otro lado, al servir de patrón de injerto y proporcionar gran fortaleza y resistencia a la sequía, muchos ejemplares pudieron haber sido sustituidos como los acebuches, simplemente injertando almendro dulce. Al tiempo, la hibridación es un fenómeno poderoso que puede haber llevado a diluir las características de los almendros bordes, silvestres o asilvestrados, en un entorno dominado por masas mucho mas grande de almendros cultivados llevando a las poblaciones silvestres a parecerse cada vez mas a las formas cultivadas, perdiendose las características del almendro autóctono, como son la ramificación espinosa, divaricada y las almendras de 1-2 cm, que no el amargor (presente en todos los almendros bordes en Madrid, lo cual sugiere el efecto de la hibridación). Este es un proceso que por desgracia se da en este momento en las vertientes al Tajo, donde hubo algo de cultivo, si bien está en estos momentos casi todo abandonado y la tendencia es el nuevo olivar superintensivo y en Madrid, donde las dos poblaciones que conocemos están asediadas por plantaciones de almendro con fines ornamentales o de restauración ecológica, realizadas con almendro dulce. En Mejorada del campo hay un núcleo mas o menos puro de arzollos y conforme asciendes por las laderas yesíferas hay un gradiente de hibridación, hasta que se llega a ejemplares plantados en hileras de almendros en torno a una vía pecuaria y urbanizaciones de chalets.

Para mas detallada información se puede consultar el magnífico artículo de D. CORREA, P.J. MARTÍNEZ–GARCÍA, M.J. SÁNCHEZ–BLANCO, et al:

El_almendro_mediterraneo_Prunus_webbii_Spach_una_especie_olvidada_para_la_botanica_iberica_con_potencial_agronomico

Fotografías de la especie.

Bosque de Prunus webbii en Las herencias, Toledo, paraje de «Los Castillos», junto al embalse del Azután en el Tajo.  Rubén de Pablo 

Ejemplar florecido, con su característico porte intrincado, muy ramoso, con ramas espinosas y entrelazadas y porte arbustivo. Las Herencias.

Ejemplar comenzando la floración, en febrero y al tiempo con las almendras del año anterior, aún viables y en el árbol. Las Herencias, Toledo.

Mejorada del Campo, Altos de la Presa sobre el río Henares y frente al Soto de Aldovea y las Islillas.

Ramificación divaricada, con ramillas finas formando 90º. Altos del Piul, Rivas-Vaciamadrid.

Ramas finas, rematadas en punta, aparentemente espinosas. Altos de la Presa, Mejorada, Madrid.

Las almendras, de 1-1,5 cm habitualmente permanecen mas de un año sobre el mismo ejemplar, hasta incluso después de la siguiente floración y brote de nuevas hojas.

Aquí podemos apreciar las dimensiones de la almendra, unos 14–18 x 10–16 mm, muy pequeñas frente a los 40 mm de Prunus dulcis.

 

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