Arbol o arbusto espinoso, caducifolio de hasta 10 m. de la familia Rosaceae.
El nombre del género se remonta a la época romana, pirus en latín clásico que pasó a escribirse pyrus en latín tardío y medieval; como en muchos casos de nombres antiguos es aventurado llevar la etimología más atrás en el tiempo. El epíteto está dedicado a Eugène Bourgeau, botánico de la Saboya francesa del s XIX que estuvo herborizando por toda la Península, por las islas Canarias y por el Norte de África.
Corteza agrietada longitudinalmente. Ramas erecto-patentes, con lenticelas abundantes, las jóvenes pelosas. Hojas pecioladas, de margen generalmente serrulado, no ciliado; de orbiculares a ovadas, de base truncada o cuneada. Estípulas linear-lanceoladas, glabras. Anteras purpúreas, estambres 20-25. Estilos libres no concrescentes lateralmente con el receptáculo. Según Ginés López, no se distingue fácilmente de los Pyrus communis asilvestrados; los caracteres diferenciales son, en el piruétano, la longitud del pecíolo, a menudo más largo que el limbo de su hoja, muy delgado y sin fuerza para sostener la hoja, los pétalos algo más estrechos y la dureza de sus peritas.
Habita en el Noroeste de África y en la península ibérica, donde es más abundante en su cuadrante sudoccidental, coincidiendo con el piso de encinar. Termófilo, rehuye los climas más fríos y continentales, no superando los 900 metros de altura. Es muy abundante en Cáceres, Sierra Morena y Montes de Toledo, en dehesas, matorrales, bordes de caminos, margenes de bosques, vaguadas frescas. Crece en todo tipo de suelos, por lo que su escasez en la zona este peninsular no puede ser debida a la litología, sino a que los bosques o los paisajes forestados en ese territorio se conservan solo a altitudes elevadas o en parameras frías. En el sudeste de Madrid es muy escaso. En Peña Ahumada hay un ejemplar que crece junto a un murete de piedra, en el margen de un encinar, sobre calizas pontienses.
Sin embargo es frecuente encontrar pequeñas poblaciones en el noroeste, desde el Manzanares al Guadarrama y hasta la zona de la rampa; como siempre, la protección legal que lo ampara es pura entelequia y hemos visto casos de piruétanos arrancados por estar en la linde de terrenos labrados o por estorbar el paso de calles de urbanizaciones.
Castilla la Mancha: Taxon de interés especial (IE)
Madrid: Taxon sensible a la alteración de su habitat (SAH)