Planta perenne con tallos de base leñosa. Caméfito rastrero de la familia de las labiadas.
El nombre del género era común en Grecia, aplicado a varias labiadas; parece que eran dedicadas a un mítico Teucrio primer rey de Troya, quien primero encontró uso en botica a algunas labiadas. El epíteto viene de Gnaphálion, que a su vez procede del griego gnaphállon, copo de lana, y el sufiijo griego -oides «parecido a» : que recuerda un Gnaphálion por su indumento lanoso en tallos y especialmente en el cáliz, con flores apicales en cabezuelas densas. Habría sido más correcto usar la grafía gnaphaloides, como en Ptilostemon, Artemisia, Plantago etc.
Planta muy ramificada, cespitosa, a veces con estolones, suele presentar dimorfismo estacional: los tallos invernales-primaverales son ascendentes, con frecuencia prostrados y con estolones, blancos o todo lo más amarillentos; los primaverales-estivales son erectos, de blancos pasan a verdes o amarillos y finalmente los floríferos son rojizos, erectos. Su indumento pasa a ser simplemente una pubescencia cuando en los otros tallos es algodonoso de pelos muy largos, ramificados y entrelazados. Las hojas son asimismo dimórficas, grisáceas las invernales, verde-amarillo las primaverales, siempre con indumento lanoso.
Común en el Sureste de Madrid y La Sagra. Habita en substrato calizo, margoso o yesoso, entre matorrales, tomillares, pastos, claros de pinares y encinares. en suelos salinos o margosos suelen presentar las corolas de color púrpura, en los otros substratos tiran más a rosado-crema.
Endemismo peninsular, más frecuente en su mitad E básica, desde los 200 a los 1200m o algo más. Florece desde abril a junio (julio).
Imágenes de T. gnaphalodes