Hemicriptófito de la familia Umbelliferae, o Apiaceae.
En la época medieval se la llamaba herba angelica, porque se pensaba que podía proteger del diablo y curar todo tipo de males. Todavía en el s. XVIII algunos médicos daban pábulo a su supuesto valor medicinal y en Leipzig Rivinius la llamó Angelica, dando a entender que era planta mágica y sagrada; Linneo le mantuvo el nombre pero se encargó de desmitificar su empleo y le puso como epíteto silvestre, como hizo con muchas otras especies.
Tallos poco ramificados, estriados que pueden alcanzar 3 m. Hojas basales 2-3 pinnatisectas con limbo de hasta 70 cm, pecíolo canaliculado, divisiones de último orden elípticas, las inferiores pecioluladas y generalmente bilobadas, todas con el margen irregularmente aserrado. Umbelas con hasta 75 radios, sin brácteas, o a lo sumo con 2 lineares, a veces más largas que los radios. Bractéolas hasta 16, lineares, indivisas, caedizas. Pétalos homogéneos, con el ápice incurvado, de blanco rosado a purpúreo. Frutos de hasta 8 mm, con la base atenuada o truncada. Mericarpos con las costillas dorsales muy prominentes y las comisurales prolongadas en alas.
Especie euorsiberiana que se encuentra dispersa por la mitad norte peninsular. Se cría en herbazales y prados húmedos, a la sombra. Suelos de moderadamente secos a húmedos, falta en los muy fertilizados.
Imágenes de A. sylvestris
Castilla La Mancha: Taxon de interés especial (IE)