Geófito bulboso de la familia Juncaceae.
= J. supinus Moench
Descripción: Con talla de 3 hasta 35 cm. Mas o menos cespitosa, tallos tuberoso–engrosados en la base, sin rizoma o con este muy corto. Hojas en brotes basales en los tallos fértiles, 2-3 en cada tallo o brote. Hojas 0,3–1,5 mm de anchura, imperfectamente septadas, de septos poco visibles. Inflorescencia terminal, en antela 1 o 2 (3) veces ramificada y a veces pseudovivípara *, con 3–11 glomérulos de 2–10(24) flores; bráctea inferior foliácea, más corta que la inflorescencia. Flores sin bractéolas en su base. Tépalos 6, de 2,5–3,5(3,7) mm, pardos o rojizos, con margen escarioso, los externos aquillados, agudos, raramente subobtusos y mucronados, los internos casi tan largos como los externos, planos, obtusos o subagudos, frecuentemente mucronados. Estambres 3–6; anteras 0,3–0,7 mm. Cápsulas de longitud igual o algo más largas que los tépalos, trígono–ovoideas, obtusas o retusas, mucronadas, verde–parduzcas, mates. V–VI.
Hábitat y distribución: Vegetación higrófila de suelos muy húmedos, con frecuencia encharcados en junqueras, charcas, orilla de corrientes de poca profundidad, turberas, en suelos ácidos o neutros, fundamentalmente en áreas de montaña de la mitad norte, aunque no está restringido a estas. Europa occidental, central, Escandinavia hasta el mismo círculo polar e Islandia, llegando por el sur hasta el norte de Marruecos. La mayor parte de las localidades peninsulares son de Galicia, Montes de León y Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico norte, parte central del ibérico sur, Gredos y Guadarrama, Pirineo axial. En la mitad sur unos pocos núcleos en las partes mas elevadas de los montes de Toledo y algunas sierras de la parte occidental de Ciudad Real, Aracena, ríos tributarios de las marismas del Guadalquivir, serranías de Cádiz y Malaga, un punto en Sierra Nevada oriental y una localidad sorprendente en el río aguas Almeriense a baja altitud. Otra localidad es Chiprana, en pleno valle del Ebro, a muy baja altitud. Prácticamente todas sus poblaciones son de lugares de montaña, en sitios frescos, silíceos, ácidos. Pero hay excepciones, como las citadas o las de Doñana y una localidad en Vicálvaro, en los Berrocales, en charcas semipermanentes sobre suelos arenoso-arcillosos, con arenas micaceas y arcillas magnésicas pobres en calcio y con yeso. Una localidad parecida y desaparecida es la de Cerro Negro, con su sorprendente y variada flora, de donde fue herborizada por Cavanilles en el S XVIII. Otro vestigio último de la flora de Cerro Negro, la genuina y única de los campos de la capital, la de las zonas húmedas en este caso, desaparecidas todas excepto esta de los Berrocales, joya del patrimonio natural madrileño, que se nos va sin que casi nadie se entere.
Extinción en su única localidad del centro y sureste de Madrid. Clasificado como VULNERABLE en el catálogo regional de especies amenazadas de la comunidad de Madrid, actualmente solo crece en torno al mazizo de Peñalara. El desconocimiento casi total de la administración de la distribución y situación real de su flora y la política de no realizar evaluaciones de impacto o realizarlas AD HOC (es decir, sin evaluar realmente el impacto de la obra a realizar, con el fin de obtener siempre una evaluación positiva), llevó a que durante el invierno de 2021 y 2022 la recién descubierta población de Vicálvaro fuera destruida, junto con su hábitat a causa de las obras de encauzamiento del arroyo de los Migueles y de excavación del terreno para situar tuberías de conducción de saneamiento de aguas de los PAU de los Berrocales y los Ahijones. De haberse realizado una evaluación real de impacto se hubieran percatado de la presencia de estas y otras especies y no hubieran destruido el hábitat del junco, una serie de charcas temporales mediterráneas que albergaban esta y otras especies escasísimas en Madrid. Estas obras llevaron también a la desaparición de la única población conocida en todo Madrid de Bolboschoenus glaucus, conocida como castañuela, junco de gran porte, acuático, asociado a lugares como las marismas de Doñana o las Tablas de Daimiel. La pequeña marisma donde crecía también fue erradicada por la incuria de nuestras queridas autoridades.
* Pseudoviviparismo: En ocasiones las inflorescencias del Juncus bulbosus no producen flores, sino unos bulbilos o propágulos que, directamente y de forma asexuada, dan lugar a una nueva planta (fotos inferiores quinta y sexta). Entonces directamente y sobre su progenitor aparecen clones del mismo, nuevas plántulas verdes que originarán nuevos individuos al desprenderse y arraigar. Es un fenomeno recurrente en muchas especies de plantas, la gramínea Poa bulbosa lo posee en ocasiones, también una especie cercana, Juncus articulatus. También la hemos observado en el ágave o sisal, Agave sisaliana, naturalizado en el sureste ibérico.
Los Berrocales Vicálvaro (M), formando parte del hábitat prioritario 3170 de importancia comunitaria y amparado por la Directiva de Hábitats, Lagunas y charcas temporales mediterráneas, hoy ya destruido. Toda la zona tiene la calificación de zona verde, amparada por la figura de greenwhasing «bosque metropolitano», que en lugar de servir para proteger y mejorar el medio ambiente, se está usando para todo lo contrario /Fotos: Darío Melia
Ejemplo de inflorescencia pseudovivípara.
De la inflorescencia van surgiendo nuevas plántulas, clones que se agrupan en glomérulos antes de caer al suelo y formar nuevas plantas.