Planta herbácea, anual o bienal o perennante de la familia de las compuestas.
El nombre del género, era según los clásicos una planta comestible, no identificada con seguridad; su nombre deriva de  ἀνήρ, ἀνδρός anér, andrόs hombre o macho y ὕαλος ýalos  cristal, en referencia a los filamentos de sus estambres, tan finos que parecen transparentes como el cristal.  Integrifolia, de hojas enteras, lo que no siempre es así: las inferiores son las más de las veces sinuado-dentadas, pecioladas, las medias y superiores de base estrecha, lanceoladas, no abrazadoras. En la zona Centro las especies presentes del género Andryala son 4: A. rothia, rara, arenaria, más frecuente  y las dos muy comunes, Andryala ragusina e integrifolia. Todas las del género son muy pelosas y tienen látex, la que nos ocupa tiene pelos glandulíferos en las brácteas involucrales además de los pelos estrellados que forman el indumento que recubre toda la planta; la A. ragusina tiene solamente pelos estrellados en las brácteas involucrales y además es perenne, de cepa gruesa.
A. integrifolia  puede alcanzar los 90 cm de altura aunque lo más frecuente  es que esté por la mitad o menos. Los capítulos, numerosos, apretados en cimas corimbosas apicales, de unos 5-9mm de diámetro, tienen brácteas involucradas más o menos planas, las internas no enrolladas entorno a las flores externas; todas éstas son liguladas, poco prominentes del involucro,  de un característico color amarillo alimonado claro.
Con frecuencia ruderal y arvense, habita en encinares, pastizales, en suelos de arena más o menos gruesa, normalmente silíceos. Distribuida por toda la zona mediterránea y por la Macaronesia. Florece entre mayo y septiembre pero puede verse en flor todo el año excepto en noviembre y diciembre.
Imágenes de A. integrifolia

Ptª de La Marañosa, Getafe (M) Darío Meliá

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