Hierba perenne. Hemicriptófito de la familia Compositae.

Historia de una extinción y un redescubrimiento: Especie descrita en el año 1904 por Carlos Pau, a partir de ejemplares de la localidad de Madrid, del famoso por su diversidad florística Cerro Negro, paraje prácticamente desaparecido, engullido por el barrio de Delicias, la M-30 y el crecimiento de la ciudad. En el año 1936 se herboriza por última vez. El Ministerio de Medio Ambiente publicó en el libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada una escueta ficha en la que la declaraba extinta en su única localidad conocida. En el año 2014, el botánico Ginés Lopez realiza para Flora Ibérica la revisión del género Carduncellus. En dicha revisión sitúa a Carduncellus matritensis como una simple variedad, megacephalus, de capítulos mucho más grandes y robusta de lo usual de Carduncellus monspelliensium All. «probablemente una forma de suelos particularmente fértiles que incluye las poblaciones madrileñas de Cerro Negro y la descrita por J. Cuatrecasas en las proximidades de Albanchez, Jaén (1)». Otros autores como Greuter (2003) consideran que es una buena especie, aunque lo transfiriera al género Carthamus (Carthamus matritensis (Pau) Greuter). Posteriormente, y ante la diversidad de argumentos de unos y otros, Mateo Sanz (2015) le asigna el caracter de subespecie de C. monspelliensium (Carduncellus monspelliensium All. subsp. matritensis (Pau) Mateo & M.B. Crespo, comb. nov. «vistos los rasgos diferenciales que unos y otros señalan, y que presenta un área de distribución bien definida».

Nosotros queremos entrar en la polémica y aportar un argumento, el ecológico y dar noticia, la buena noticia, de su no extinción y presencia, acantonado y muy amenazado, en forma de una población de entre un centenar y dos centenares de ejemplares en un lugar de la Sagra toledana, de cuyo nombre queremos acordarnos, pero no debemos señalar, en aras de la conservación de la especie. En mayo de este año y en el curso de las tareas de exploración florística y mapeo de la flora de las arcillas esmectíticas que viene realizando el compañero de ARBA Bajo Jarama y que compartimos a ratos los distintos autores y colaboradores de esta Web, Enrique Luengo Nicolau, localizó, junto con todo el elenco de la Flora de Cerro Negro, del CTC de Coslada y de otros parajes de excepcional valor florístico sobre vertisoles, un «escándalo de cardos» de singular belleza, grandes, tanto que se confundían con las Cynaras tournefortii (sí la amenazada y en peligro crítico) entre los que crecían. Y supo inmediatamente que había reencontrado el extinto Carduncellus matritensis.

Un cardo que crece en un ecosistema totalmente distinto del Carduncellus monspelliensium. Si este es una especie de parameras y montañas calizas, de tomillares y pastizales, de pedregal y zonas altas frescas (en Andalucía no suele bajar de 1300 m), nuestro Carduncellus matritensis es un habitante del llano arcilloso, a 500-600 m, de zonas bajas y calurosas, secas, y de las arcillas expansivas básicas, verdes y a veces negras, ricas en magnesio, extremadamente fértiles, de gran capacidad de almacenamiento de agua, pegajosas, hinchadas y poco permeables, asfixiantes por falta de aire cuando llueve pero que luego se secan rápidamente y someten a la vegetación a las difíciles consecuencias de la aparición de tremendas grietas de retracción, que quiebran las raíces y remueven el suelo, arriba y abajo, en el ciclo de humedecimiento-hinchado-desecación-retracción. Un ecosistema con una flora muy expecífica y adaptada y que se distribuye, en la zona centro por el área que partiendo de San Fernando de Henares, Loeches, Torres de la Alameda en su extremo oriental, discurre hacia el occidente y el sur pasando por Delicias, Vallecas, Orcasitas y hacia el sur conecta por Torrejón de Velasco y el valle del arroyo Guatén con la Sagra Toledana. Estos suelos han estado cultivados desde hace miles de años, por su gran capacidad y productividad de cara al cereal (topónimos como Pan Bendito lo atestiguan) y en equilibrio con una flora adaptada a la remoción, al volteo de la tierra, a los ciclos de barbecho y descanso del agro y al diente del ganado lanar que aprovechaba laderas, ribazos, y los suelos más difíciles de trabajar en forma de pastos marginales. Sin embargo la mecanización de la agricultura, el uso de herbicidas, el abandono de la rotación de cultivos y el barbecho (barbechos que ahora se aran intensivamente), la roturación para cobrar subvenciones de hasta el último palmo de tierra, incluidos muchos terrenos que no producen nada, salvo subvención, han expulsado del agro a esta flora que queda acantonada en los márgenes de polígonos industriales, en descampados urbanos o en los espacios intermedios de las grandes vías de comunicación. Algo así le ha pasado a nuestro cardo, del que ni siquiera se sabía que hubiera otra localidad que no fuera el Cerro negro. Casi extintos aún antes de haber sido estudiados en profundidad. Esperemos tener la oportunidad de ello.

Detalle de las brácteas internas.
Hábito de un ejemplar acaule. Tiene una flor por roseta basal. La Sagra toledana, a su derecha Teucrium spinosum. Rubén de Pablo

Incorporamos acontinuación la descripción original de Carlos Pau, publicada en 1904 en el Boletín de la Sociedad Aragonesa de Historia Natural, como homenaje a dicho naturalista y para ayudar a su identificación.

Carduncellus matritensis (C. pinnatus var. acaulis Cutanta!).

Planta lampiña, subacaule; hojas de una a cuatro veces más largas que las cabezuelas, largamente pecioladas, anchamente lineales, pinado-partidas, particiones decurrentes y subpinnatífidas de figura lanceolada, espinosas y espinas rojizas; antodio aovado de 30/45 milm: brácteas florales terminadas en el ápice por un limbo foliáceo espinoso y de figura variable, partido o cortado; escamas muy dilatadas en la base aovado-lanceoladas y terminadas en punta muy prolongada; margen enterísimo y únicamente en la extremidad dos o tres pares de espinas, dorso obscuramente nerviado: las interiores terminadas en ápice cocleariforme, laciniado y membranoso, con nervios más pronunciados en el dorso. Aquenios terminados por una corona dentada, en las cuatro caras más o menos lisas; aquenio 7 milm, vilano 20 milm.  rojizo.

Cerro negro (Madrid): Isern.

Obs. – No puede confundirse con ninguna especie española; y respecto al Carthamus pinnatus a que lo asimiló Isern, basta atender a la estampa dada por Desfontaines de su especie, para distinguirlo, fijándose únicamente en lo subrayado en la descripción que doy. Probablente Willkomm no conoció esta forma al identificarla en Card. monspelliensium.

Agregado de varios ejemplares de gran tamaño. Sus rosetas de hojas de gran tamaño, aplicadas al suelo posiblemente disminuyan la pérdida de agua bajo la roseta y contribuyan a ralentizar la pérdida de agua, retardando la retracción de las arcillas bajo el pie, una adaptación común a Cynara tournefortii, con la que comparte hábitat
Las brácteas externas y medias carecen de espinas en sus laterales salvo en la parte superior, y son de margen entero, a diferencia de C. monspelliensium, como bien hizo notar Carlos Pau. Ejemplar subacaule
Una planta de belleza, sencillamente,escandalosa.
Un ejemplar con escapo floral claramente desarrollado, el máximo observado, que crece para rehuir la sombra de unos arbustos. 13 cm, algo absolutamente excepcional. Observese que carece de cualquier hoja caulinar, a diferencia de C. monspelliensium que en caso de tener tallo si presenta entre 1-6 (9) hojas
Tubos florales
Enrique Luengo, el compañero que ha redescubierto la especie, en medio de una cardera de Cynara tournefortii

(1) Albanchez de Magina es un municipio de Jaén situado en la Sierra del mismo nombre, una zona de suelos margosos al pies de cresteríos calizos cuyas laderas de gran pendiente están mayoritariamente cultivadas con olivares. En dicha localidad J. Cuatrecasas describió C. monspeliensis var. megacephalus. Adjuntamos la descripción (Treballs del Museu de Ciencies Naturals de Barcelona; Vol 12 pag 472);

  Carduncellus monspeliensium All. var megacephalum nova. Capitulis magnis 30 mm. diam.; segmentis foliorum bracteisque late ovate-lanceolatis, obtusis, mucronatis. Planta virido-fusca. Proximidades del pueblo de Albanchez 22-VI-25. Especie rara. «Capítulos grandes de 30mm de diámetro; segmentos de las brácteas foliosas ovado-lanceolados, obtusos, mucronados. Planta verde obscura».
Como se puede ver, es una descripción demasiado breve como para poder afirmar con rotundidad de que se trata de la misma especie. Sin embargo el carácter térmico del paraje, protegido, el tipo de suelos, margosos y el tamaño grande del capítulo, sensiblemente mayor que en C. mospelliensium, aunque sin llegar a los tamaños de los localizados en Toledo hacen que perfectamente pudiera tratarse de una misma cosa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *