Nanofanerófito que puede sobrepasar 2 m, de la familia Labiatae.
El nombre, ya usado en latino clásico, viene de ros, el rocío, y marinus, del mar, quizás porque sus flores recuerdan las crestas del oleaje  mediterráneo. El epíteto se aplica a esta y a otras especies por sus numerosos usos en botica, officina en latín, tanto para perfumes y aromas como en aplicaciones terapéuticas.
Planta de agradable aroma, leñosa, normalmente erguida. Tallos glabros que se agrietan pronto. Hojas lineares, de margen revoluto, sentadas, verdes por el haz, tomentosas y blanquecinas por el envés, de hasta 41 x 3 mm. Inflorescencia en racimos axilares cortos. Flores pediceladas, cáliz acampanado con labio superior tridentado e inferior con 2 dientes. Corola normalmente azulada, a veces blanca, con labios bien marcados. Estambres sobresalientes.
Puede florecer a lo largo de todo el año si se dan las condiciones adecuadas. Aparece del termomediterráneo al supramediterráeno inferior, con ombroclimas del semiárido al subhúmedo. 0-1500 m.
Común en el sureste y en la rampa madrileñas en lugares soleados. Indiferente edáfica, prefiere los suelos  de textura arenosa, formando parte de los matorrales en los claros de encinares y coscojares. Especie exclusiva de la región mediterránea. Hay formas ecológicas rastreras en arenales costeros, pero al trasplantarlas a maceta adoptan el porte normal. Cultivada desde antiguo, se han obtenido distintas variedades. Las poblaciones de W de la península, normalmente en suelos ácidos, suelen ser menos foliosas y tener menos flores.
Se multiplican muy bien mediante esqueje o semilla.
Andalucía: Taxon de aprovechamiento regulado en terrenos forestales privados.
Imágenes de R. officinalis

El Butarrón (M) Darío Meliá

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