Endemismo íbero-magrebí de la familia Compositae, bienal de hasta 1,5 m.
Silybum, vocablo latino, a su vez prestado del griego con el sentido de Carduus marianus: el epíteto específico eburneum, también del latín, significa como el marfil, en referencia al color amarfilado de las venas de sus hojas.
Espinosa, tallos erectos, flocosos-lanuginosos. Hojas sentadas, auriculado-amplexicaules, alternas, pinnatífida o pinnapartidas, variegadas, con espinas y pelos largos en el margen que tienden a perderse con el tiempo (a diferencia de S. marianum que solo tiene espinas). Capítulos terminales, solitarios. Involucro con varias filas de brácteas coriáceas, las externas verticales que se cruzan con las internas horizontales (a diferencia de S. marianum que las tiene todas divergentes). Flores purpúreas.
Florece en mayo-junio y maduran los frutos a lo largo del verano.
Ruderal y viaria, muy rara en la Comunidad de Madrid donde se creía extinta. Citada en Aranjuez y S. Martín de la Vega, llevaba más de 30 años sin ser vista hasta que la encontramos nuevamente en S. Martín en el año 2009. Siempre la hemos visto junto al Silybum marianum.
El primer reencuentro fue a orillas del Canal del Jarama, de donde desapareció debido a las fumigaciones que practica la CHT con glifosato. Volvimos a encontrar una numerosa población en la M-301, donde la Comunidad de Madrid fumiga sin importarle la salud de ciclistas y senderistas, y menos aún la desaparición de una especie de nuestra flora; desgraciadamente, debido al envenenamiento en 2015 ninguna planta consiguió dar fruto ese año, afortunadamente en años sucesivos si consiguieron completar su ciclo.
Se ha sembrado con éxito en los viveros de ARBA en la Casa de Campo y S. Martín de la Vega y se ha trasplantado a distintos puntos del Sureste madrileño.
Forma parte de comunidades ruderales nitrófilas en suelos ricos y profundos, temporalmente con un nivel alto de humedad dominados por Silybum marianum.
Las semillas tienen una tasa alta de germinación, de supervivencia y fructificación. Suponemos que el declive de la especie se debe al uso intensivo de herbicidas.
Imágenes de S. eburneum

M-301 (M) Darío Meliá

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