Hierba perenne, trepadora, de la familia Cucurbitaceae.
El nombre viene del griego bry, germinar con fuerza, y alude a la gran capacidad de crecimiento de esta planta que rebrota de su gruesa raíz tuberosa todos los años y trepa con fuerza sobre cualquier soporte. El epíteto, común a varias otras especies, viene también del griego dis, oikía, dos casas: se refiere a que las flores masculinas y las femeninas aparecen en dos plantas, o pies, distintos.
Flora Ibérica la considera una especie, aunque algunas fuentes la toman por una subespecie, la única presente en la Península de la especie Bryonia cretica que ya describió Linneo: según ThePlantList, entre otras, la denominación aceptada sería Bryonia cretica subsp. dioica (Jacq.) Tutin.
Tallo cuadrangular, fibroso, frágil, con zarcillos simples de hasta 15cm. Hojas generalmente ásperas por la presencia de pelos con base engrosada y provistos de depósitos calcáreos, trilobadas, con lóbulos triangulares-lanceolados de los cuales es terminal es claramente mayor que los laterales.
Flores pentámeras, con periantio amarillo-blanquecino estriado en verde, las masculinas bastante mayores que las femeninas.
Frutos globosos glabros de un verde amarillento que al madurar pasa a naranja-rojo.
Vive en medios ruderales, matorrales, claros de bosque, siempre con algo de humedad. Se distribuye por toda la Península, el Oeste del Mediterráneo y de Europa.
Se usó en medicina tradicional y homeopática pero es especie altamente tóxica por lo que se ha abandonado su uso.
Común en el Sureste de Madrid y La Sagra.
Imágenes de B. dioica