Planta perenne. Geófito bulboso de la familia Iridaceae.
En griego kròkos era el nombre del azafrán ( que a su vez viene del árabe safran). Teofrasto dejó escrito que lo llamaban así porque los largos filamentos de los estambres simbolizaban una unión de amor: se refería al mito de Kròkos, que se había enamorado de la ninfa Smilax. Ante este amor imposible los dioses transformaron a Kròkus en una planta de flor y a Smilax en una liana trepadora, la Smilax aspera L., la zarzaparrilla. Serotinus quiere decir «de las últimas hora del día», el período que los latinos llamaban sera, por lo tardía de su floración.
Tiene un bulbo subterráneo del que surgen varias hojas con una banda blanca en la parte media y dos surcos paralelos en el envés, al igual que Crocus nevadensis, con el que coincide territorialmente. Florece en otoño, antes o a la vez de que surjan las hojas. Tras una floración que muchas veces es masiva, sus hojas continuarán durante el otoño, el invierno y hasta finales de primavera cuando se secan al finalizar la humedad en el suelo. Para Abril vemos que del suelo emerge el fruto, que se abre y libera las semillas al secarse.
Lo vemos en terrenos calizos, margosos o yesosos, en pastizales, tomillares, salviares o bosques claros, pero también en suelos silíceos. En las umbrías aparece en mucho mayor número. Frecuente en todo el territorio estudiado, se encuentra disperso en toda la Península hasta los 1900m de altitud. Endemismo ibérico-magrebí.
Imágenes de C. serotinus