Geófito perenne de la familia  Aspidiaceae.
El nombre del género se tomó de Dioscórides que lo usaba para un helecho  -en griego pterís – que veía crecer a los pies del drýs, el roble. El epíteto viene del griego oreiás, oreiadós y éste de óros: montañero, habitante de los montes. De hecho, aparte del hábitat algo distinto -habita entre los 600 y 2400m en gleras y roquedos, mientras que el  Dryopteris filix-mas (L.) Schott sube incluso a más altura pero siempre en lugar más húmedo y fresco – no es fácil diferenciarlo del helecho macho sin un examen de detalle:
Es normalmente más pequeño, con frondes de 25 a 60(80)cm contra (30)40 -120 (140)cm, las páleas que recubren el pecíolo pueden tener un tono más rojizo que en el macho, la lámina puede tener algunas glándulas dispersas y los dientes en el ápice de las pínnulas son obtusos y divergentes, cuando en el macho son agudos y no divergen.
Finalmente los indusios ( las membranas que protegen los esporangios) son gruesos, de margen decididamente revoluto y glanduloso, mientras que en el macho son delgados, blanquecinos con margen no o apenas revoluto y son caducos.

Navarrevisca (AV) – Enrique Luengo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *