Terófito de la familia Scrophulariaceae que normalmente no pasa de 25 cm. aunque excepcionalmente puede alcanzar 60.
El nombre Verónica es obviamente de mujer, que se ha relacionado con el latino Berenice, a su vez derivado del griego Phereniké; su relación con plantas no está del todo clara (la explicación más obvia es que sea en honor a Santa Verónica, pero no se ha podido demostrar ninguna relación) y se da por segura la información de Giacinto Ambrosini, director del Huerto Botánico Universitario de Bolonia en el  s.XVII, según el cual la Veronica officinalis L. ya se llamaba verónica en las boticas alemanas de su época y que posiblemente las verónicas no se conocían en época clásica grecorromana. El epíteto se debe al parecido de sus hojas con las de la Cymbalaria muralis.
 Planta pelosa en todas sus partes con los tallos procumbentes, a veces muy ramificados. Tienes las hojas opuestas, redondeadas con la base truncada o cuneada, palmatilobadas a palmatífidas con el lóbulo central más ancho que los laterales, pecioladas, cubiertas de pelos. Flores zigomorfas, tetrámeras con pétalos blancos (a diferencia de la mayor parte de las especies del género), dispuestas en racimos terminales muy laxos con 5-30 flores; las brácteas son muy parecidas a las hojas por lo que las flores parecen aisladas axilares, pedicelos iguales o más largos que las brácteas.
Florece entre enero y junio.
Especie nitrófila que puede crecer en muros y pedregales.

Veronica cymbalaria
Veronica cymbalaria
Veronica cymbalaria