Terófito de la familia Malvaceae.

El nombre del género se tomó de Avicena, que lo aplicó, se supone, a una malvácea; en realidad él lo había tomado a su vez de  una traducción del Dioscórides: a través de erratas en las transcripciones y varios cambios de idiomas y de grafías el griego antiguo árktion (arctium, la bardana) se convirtió en algo parecido a abutilon y su descripción sólo permitía saber con seguridad que se refería a planta de pétalos amarillos, como es esta. El epíteto  es un homenaje a Teofrasto, el «padre de la botánica» según Linneo.

 Densamente pubescente, con pelos estrellados y simples; tallos de hasta 1,5 m. ramificados en la parte superior. Hojas cordeiformes de hasta 20 cm., largamente pedunculadas y acuminadas. Flores generalmente en cimas axilares de las hojas superiores, cáliz acrescente (con los sépalos soldados en la base); pétalos amarillos, obovados, truncados o emarginados. Mericarpos hirsutos con dos aristas, más largos que el cáliz.

Florece en agosto.
Originaria del sur de Asia, se ha naturalizado en todas las regiones templadas y tropicales del mundo. Comentan los agricultores de la vega del bajo Jarama que vino con las semillas de maíz, lo cual es probable porque requiere las mismas condiciones ambientales que éste, terreno más o menos removido o labrado y regado frecuente. Dispersa y naturalizada en puntos de toda la Península en bordes de camino, acequias y tierras incultas con cierto grado de humedad, desde el mar hasta los 1.000m.
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Abutilon
Soto del Tamarizo, Martín de la Vega (M) Darío Meliá

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